Fiebre del heno: análisis de los mecanismos de la alergia
Una alergia no es otra cosa que un desajuste del sistema inmunitario, que se hace intolerante a sustancias hasta entonces inofensivas: polen, pelo de perro o de gato, cadáveres de ácaros, etc. (1)
Concretamente, se distinguen dos tipos de mecanismos que actúan en las reacciones alérgicas:
- Estos son o bien linfocitos T, células especializadas del sistema inmunitario, que se infiltran en la piel o en los bronquios y reaccionan a los alérgenos. Este es el caso por ejemplo del asma y el eczema (2);
- o bien son inmunoglobulinas de tipo E (IgE), unos anticuerpos, que están unidos a las células, los polinucleares basófilos y los mastocitos tisulares, en particular en la piel, los pulmones y el tubo digestivo (3).
cuando estos anticuerpos están en presencia de un alérgeno contra el cual están “programados”, la célula a la que están unidos libera mediadores químicos (histamina, prostaglandinas, leucotrieno, triptasa, etc.) que son responsables de los síntomas de las alergias: secreciones, rojeces, etc. (4)
La fiebre del heno se debe casi exclusivamente a una alergia conocida como “inmediata”, es decir, provocada por las inmunoglobulinas de tipo E, y generalmente relacionada con factores hereditarios.
Los diferentes alérgenos (polen, metales...)
Aunque los científicos son prudentes en cuanto al innegable aumento de la prevalencia de las alergias en la población occidental, todos están de acuerdo en que las alergias provienen de dos factores: (5)
- la herencia: los niños de padres alérgicos son más susceptibles de ser ellos mismos alérgicos;
- la exposición a los alérgenos: en cambio, sobre este punto hay divergencia de opiniones. Por una parte, algunos piensan que una ausencia de exposición favorece las reacciones desproporcionadas del sistema inmunitario. Otros creen que en primer lugar tiene que haber una primera exposición, sin reacción, para desencadenar los mecanismos de la alergia.
Sea como fuere, se distinguen cinco tipos principales de alérgenos: (6)
- los neumoalérgenos: los alérgenos aéreos, que penetran en el organismo por las vías respiratorias, como el polen, los pelos de perros y gatos, etc.
- Los tropalérgenos: los alérgenos que penetran en el organismo por vía digestiva. Son la proteínas de la leche de vaca, cacahuete, etc.;
- los alérgenos de contacto: metales (níquel, cromo), henna, productos cosméticos, etc.
- los venenos;
- los medicamentos.
Luchar contra la alergia al polen de forma natural
Mientras la prevalencia de las alergias en las poblaciones occidentales no deja de aumentar desde hace treinta años, llegando a un nivel de entre un 25 y un 30 %, hay pocos métodos naturales para combatir eficazmente las alergias estacionales (7).
La fiebre del heno (la rinitis y la conjuntivitis alérgicas), en particular, que afecta a entre un 15 y un 20 % de la población occidental, está directamente relacionada con la floración primaveral y con la emisión de polen derivada de esta. Este polen es transportado por el viento y penetra en todas partes.
Por tanto, se pueden poner en marcha varias estrategias para, como mínimo, reducir los efectos de la fiebre del heno:
- ”Lavarse” los ojos, por la mañana, al mediodía y por la noche con lágrimas artificiales o suero fisiológico, para evacuar el polen y así reducir la conjuntivitis alérgica.
- Lavarse la nariz y los senos con espráis de agua salada o un aplicador nasal dedicado lleno de agua tibia salada para evacuar el polen acumulado en las mucosas.
- Ventilar su hogar regularmente y aspirar regularmente alfombras, moquetas y otros textiles que puedan acumular polen.
Complementos alimenticios para combatir los alérgenos
Además de estos métodos curativos, también puede ser interesante recurrir a los suplementos nutricionales, para ayudar a su organismo a combatir las alergias estacionales.
Por ejemplo, al ser las oligoproantocianidinas (OPC) de la corteza de pino marítimo, reconocidas desde hace muchos años, especialmente por los naturópatas, por contribuir a la salud respiratoria, los extractos de pinos marítimos (como el complemento Pycnogenol®) pueden constituir aliados interesantes para la lucha contra los síntomas alérgicos de la fiebre del heno (8).
Otra estrategia puede consistir en optar por la inmunomodulación. La inmunomodulación es, en efecto, un método introducido en la medicina desde los años 60 para favorecer la aceptación de los trasplantes, limitando las reacciones inmunitarias específicas del organismo (9).
Un enfoque parecido puede utilizarse para combatir las alergias: el principio es reducir la respuesta específica del organismo contra los alérgenos, sin perjudicar las defensas globales del organismo, e incluso estimulándolas.
En esta lógica, el astrágalo se presenta como un excelente candidato. En efecto, la riqueza en polisacáridos de esta planta originaria del nordeste de China utilizada desde hace milenios en la farmacopea tradicional le confiere unas propiedades inmunomoduladoras e inmunoestimulantes (10).
Por tanto, para ayudar a su organismo a combatir las alergias estacionales como la fiebre del heno, puede considerar un tratamiento con extracto de astrágalo (con el complemento Astragalus Extract).
Otras sustancias vegetales como la espirulina, la bromelaína o la petasita están dotadas, según varios estudios, de propiedades antihistamínicas (11-13). Recordemos que, en caso de reacción alérgica, el cuerpo secreta una molécula conocida como histamina, causante de los estornudos, las rojeces, etc. Por tanto, estas plantas le pueden ayudar a evitar los efectos indeseables de la histamina.
Para una mayor facilidad y eficacia, usted puede optar por una fórmula sinérgica que combina pino marítimo, astrágalo, espirulina, bromelaína y petasita. Este es el caso del complemento alimenticio completo Aller Fight.